La Comisión propone una Ley de Vigilancia Forestal que colmará las lagunas existentes en la información sobre los bosques europeos y creará una amplia base de conocimientos sobre ellos, a fin de que los Estados miembros, los propietarios de bosques y los gestores forestales puedan mejorar su respuesta a los crecientes problemas de los bosques y reforzar la resiliencia de estos.