Hoy, en Luxemburgo, lugar de nacimiento de Robert Schuman, celebramos la histórica declaración del 9 de mayo de 1950, que sentó las bases de la Unión Europea tal como la conocemos hoy.
Hace setenta y cinco años, en un continente que estaba resurgiendo de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, aquellos líderes visionarios decidieron mancomunar la producción y los mercados del carbón y del acero para garantizar una paz duradera en Europa. Sus esfuerzos sencillos, pero pioneros (sustituir la rivalidad histórica por una soberanía compartida, a través de la integración económica y política), allanaron el camino a una era de prosperidad, paz, democracia, solidaridad y cooperación en Europa.